Logística de alimentos: Copima apuesta por el Atego

Vehículo & Técnica

Repartiendo sabor.

La orografía pirenaica requiere de vehículos con agarre, seguros y maniobrables. Para la distribución de alimentos a clientes ubicados en pueblos del Pirineo, Copima se ha decidido a favor del Atego.

De pueblo en pueblo. Los conductores de Copima, entre ellos Luis Lleida, tienen un trato muy amable con sus clientes —todos se conocen.
De pueblo en pueblo. Los conductores de Copima, entre ellos Luis Lleida, tienen un trato muy amable con sus clientes —todos se conocen.

«Hablar de distribución en el Pirineo es hablar de orografía», asegura Mario Mas, director gerente de Copima. Y es que todavía hoy en día comunicar y abastecer a las poblaciones pirenaicas es todo un reto. Un testigo que Copima recoge gustosa: muchos de sus clientes se encuentran a 2 000 metros de altura. La sede y los almacenes de Copima se ubican en La Puebla de Castro (Huesca), desde allí distribuye más de 5 000 referencias alimenticias a 1600 clientes —mayoritariamente pertenecientes al canal Horeca. El cliente más cercano se encuentra en Graus, a nueve kilómetros de las instalaciones de la firma. Es el primer establecimiento ante el que Luis Lleida detiene el Atego que conduce a diario. Se trata de un comercio familiar que vende productos gourmet. Frente a la fachada, Luis es recibido con franca cordialidad. «Aquí nos conocemos todos, sentimos que pertenecemos a una misma comunidad», asegura.


Puertos y túneles de montaña. Los Atego de Copima atraviesan a menudo los macizos rocosos de los Pirineos —los vehículos son ideales para afrontar los desafíos orográficos de la región.


«Como distribuidores de alimentos tenemos que saber reaccionar a tiempo ante las nuevas tendencias —se trata de incorporar cada vez mayor valor añadido a nuestro core business.»

—Mario Mas, director gerente de Copima


Tanto Luis como el resto de conductores de Copima están habituados a recorrer complejos túneles de montaña —como el de Viella de 5 173 metros de longitud y un desnivel de 236 metros— y puertos de montaña —como Bonaigua con 2 072 metros de altura— en condiciones meteorológicas adversas. «Es el clima de alta montaña: veranos frescos e inviernos fríos con temperaturas bajo cero y nevadas frecuentes», comenta Mario Mas. Por eso Copima necesita camiones con agarre, robustos, seguros y de excelente maniobrabilidad. Su flota al completo está compuesta por Mercedes-Benz, las últimas incorporaciones han sido seis Atego: «Se ajusta como anillo al dedo a nuestras necesidades», afirma Mas.

Debido a las características orográficas de la zona, y los costes que genera, la firma ha optado por establecer un radio de acción de 150 km a la redonda —con su sede como centro— y ofrecer el mayor número de referencias a los clientes comprendidos dentro de ese perímetro. Entre las poblaciones que abastece Copima se encuentran algunos de los destinos más populares: Jaca, Valle de Astún —estaciones de esquí de Astún y de Candanchú—, Valle de Benasque —estación de esquí de Cerler— y el Valle de Arán —estación de esquí de Baqueira-Beret.


Mario Mas lleva 30 años al frente de la empresa y a lo largo de estas tres décadas ha sido testigo de numerosos cambios en los hábitos de consumo: «Se trata de un sector muy sensible a cualquier noticia difundida por los medios», asegura. ¿Un ejemplo? Antes se consumía muchísima carne roja (especialmente ternera y cordero), pero con la aparición en los ochenta de la EEB (Ence­falopatía Espongiforme Bovina) se redujo drásticamente su consumo aumentándose el de la carne blanca (pollo, pavo y pato). Desde hace cinco años Copima está apostando por los productos congelados —tanto verdura como pescado— subsector que está tomando fuerza, así como productos ecológicos, también al alza.



La tradicional baja densidad poblacional del Pirineo también ha experimentado un gran cambio a lo largo de las tres últimas décadas: con el boom del turismo y el aumento de aficionados al esquí y a los deportes de montaña, la población —y la economía— se ha multiplicado. Fuera de temporada invernal, la riqueza natural y paisajística de la zona atrae tanto a aficionados a deportes de aventuras —descenso de barrancos, rafting, bicicleta todo terreno, escalada, etcétera— como a aquéllos que prefieren el turismo gastronómico —la región es conocida por sus recetas micológicas.

En este contexto, las previsiones que maneja la firma son positivas, de ahí que esté inmersa en un proceso de ampliación: sustituirá sus actuales instalaciones de 2 200 m2 por unas de 3 300 m2 en las que por primera vez el personal de la firma manipulará y tratará el género cárnico además de realizar picking, packing y otras actividades logísticas. «Se trata de incorporar cada vez mayor valor añadido a nuestro core business: repartir sabor», resume Mas.


Contacto.

Mario Mas, Copima
E-Mail: mariomas@copima.es


Fotografías: Begona Tremps

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