Amor por las abejas: José Manuel Pérez y su Atego 1321 4x4
Reportaje
La población de abejas está en descenso en todo el mundo. José Manuel Pérez, apicultor aragonés, lucha contra esta tendencia y contribuye a la biodiversidad. Siempre a su lado: su Atego 1321 4x4.
El fuerte zumbido que emiten las miles y miles de abejas con sus alas y vientres aceleraría el pulso de cualquiera, salvo el de José Manuel Pérez. Este apicultor aragonés apenas parece notar que entre su rostro y una docena de aguijones tan solo hay una fina red protectora. Se acerca tranquilo pero concentrado a la colmena y conecta el ahumador. Las abejas temen el humo, por lo que inician preparativos para abandonar la colmena. Se llenan el estómago de reservas de alimento y están tan atareadas que ni siquiera se dan cuenta de la presencia del apicultor. Con cuidado, José Manuel abre la tapa y extrae un panal lleno de miel. Afirma satisfecho: Las obreras han tapado las celdas llenas de miel madura con una capa de cera para protegerla durante su almacenamiento. En un par de días, volverá a cosechar la miel.
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Entrar en RoadStarsResponsable de 650 colonias de abejas.
«Las abejas nos endulzan la vida», dice José Manuel. Hace 20 años
fundó la empresa Apihuecha, especializada en la cría y venta de
abejas. «Es un trabajo duro, pero fascinante», afirma. Actualmente
cuenta con 650 colonias, que suman unos 30 millones de abejas. José
Manuel se dedica a la apicultura nómada, es decir, las colmenas se van
trasladando en camión hasta nuevos lugares en los que acaba de empezar
la floración. «La temperatura juega un papel importante», explica. Las
abejas solo se pueden transportar cuando la temperatura es inferior a
14 °C. Por ese motivo, durante el verano el transporte siempre se
lleva a cabo por la noche.
Cosecha con el Atego 1321 4x4.
José Manuel transporta los panales de miel repletos y las colmenas con su Atego 1321 4x4. Una colmena puede pesar hasta 150 kg. «Aparco el Atego a unos 50 metros de la colmena. Con la tracción integral puedo acceder sin problemas incluso a terrenos difíciles.» José Manuel necesita el Atego entre los meses de cosecha, de marzo a octubre, y recorre con él más de 180 km al día. Normalmente no aprovecha la carga máxima de cinco toneladas porque no le gusta apilar las colmenas, además la grúa está concebida para poder levantar solo una colmena cada vez.
«Aparco el Atego a unos 50 metros de la colmena. Con la tracción integral puedo acceder sin problemas a terrenos difíciles.»
José Manuel Pérez, fundador de Apihuecha
30 toneladas de miel al año.
En la actualidad, José Manuel cosecha 30 toneladas de miel monovarietal al año. El área de recolección de sus abejas es la zona en torno a Borja y Tarazona, compuesta por campos de romero y tomillo y por robledales. Las distintas variedades de miel se distinguen por el color, el sabor y la consistencia. En cuanto los panales llegan a la sede de la empresa, María José Lahuerta, esposa de José Manuel, se encarga de los siguientes trabajos. Con movimientos precisos coloca cada uno de los panales en una máquina que retira la capa de cera. A continuación se centrifugan. Tras el tamizado, la miel se vierte en cubas.
José Manuel todavía recuerda su primer contacto con las abejas.
Tenía ocho años: «Acabé lleno de picadas, pero no me importó. Quedé
fascinado por las abejas y su organización.» Hoy, 40 años más tarde,
puede afirmar con orgullo haber contribuido a la biodiversidad de las
abejas, amenazadas en todo el mundo por los pesticidas.
Hablando de abejas.
Las abejas nos endulzan la vida. Más de un tercio de las plantas de las que se alimenta el ser humano son polinizadas por las abejas. Estos insectos sociales viven en nuestro planeta desde hace cientos de millones de años y garantizan la diversidad biológica y el equilibrio de los ecosistemas.
Los nidos de abejas silvestres no dan tanta miel como las colmenas
artificiales. En su hábitat natural, cuando los panales están llenos
de miel, las obreras impiden a la reina poner más huevos. En las
colmenas artificiales, el apicultor ofrece panales adicionales para
que la reina siga poniendo huevos y las obreras produzcan aún más
miel. Normalmente solo se extrae de la colmena una tercera parte de la
miel, de forma que se cubran las necesidades de las abejas.
Los pesticidas son una amenaza para las abejas.
Desde hace una década, en todo el mundo está muriendo un número
excepcional de colonias. Los expertos achacan este fenómeno al uso
masivo de pesticidas. El alarmante descenso de la población mundial de
abejas ha motivado incluso la actuación de la Organización Mundial de
la Salud (OMS) y de la Unión Europea. En Estados Unidos las abejas se
han declarado especie en peligro de extinción. «Si las abejas
desaparecen, al hombre solo le quedarían cuatro años de vida», se cree
que dijo Albert Einstein. Si esto es cierto, nuestro futuro está en
manos de personas como José Manuel Pérez.
Fotos y vídeo: Begoña Tremps
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4 comentarios
Und immer an die geleistete Arbeit der Bienen denken wenn wir Honig essen.
Und immer an die geleistete Arbeit der Bienen denken wenn wir Honig essen.